La inspiración se ha ido. Llevo meses buscando inspiración para escribir, para tocar, para crear algo. Pero no hay nada. Me he quedado vacío.
A lo mejor es que me he dejado absorber demasiado por el día a día; por la rutina, el estrés y los asuntos banales. El caso es que me fuerzo a escribir, a tocar algo bonito, a componer una canción, o simplemente a tener un sentimiento bonito, que no sea nostalgia de algo inexistente. Pero no me sale nada. Me siento impotente; impotente, triste y vacío.
Y se supone que la tristeza suele inspirar a la gente. Algunos compones temas tristes, otros escriben historias de desamor, de muerte, de desesperanza, o simplemente se regodean en su tristeza y eso les hace estar más en sintonía con el mundo, y luego resurgen elevados a su máxima potencia. Pero a mi no me inspira. Estoy totalmente bloqueado por la amargura interna, reseca y pegada a las paredes del estómago. Es como si ya no fuera más que el portador de esa tristeza alienante. Y la cosa es que no sé como sacarla. Es imposible parirla, deshacerse de ella o echarla de alguna forma. Crece y crece, y a veces se hace mas pequeña, y luego, cuando parece que ha desaparecido, vuelve a surgir de la nada. Es como un tumor que no se puede erradicar con terapia alguna.
¿Qué me pasa? ¿Es temporal, o ya se acabó? Se acabó mi etapa de soñador. Mi etapa creativa y artística. Quizá ahora simplemente me limite a existir; a trabajar, a estudiar y simplemente existir. A lo mejor la vida trata de eso. Puede que llegue un momento en la existencia en el que dejas de soñar, de tener expectativas, de querer cambiar el mundo, y simplemente coexistas con las necesidades básicas de un trozo de carne móvil.
Lo único que me queda es desear que algún día algo me haga despertar del estado de quiescencia y volver disfrutar, a crear y así merecer de nuevo la existencia.
A lo mejor es que me he dejado absorber demasiado por el día a día; por la rutina, el estrés y los asuntos banales. El caso es que me fuerzo a escribir, a tocar algo bonito, a componer una canción, o simplemente a tener un sentimiento bonito, que no sea nostalgia de algo inexistente. Pero no me sale nada. Me siento impotente; impotente, triste y vacío.
Y se supone que la tristeza suele inspirar a la gente. Algunos compones temas tristes, otros escriben historias de desamor, de muerte, de desesperanza, o simplemente se regodean en su tristeza y eso les hace estar más en sintonía con el mundo, y luego resurgen elevados a su máxima potencia. Pero a mi no me inspira. Estoy totalmente bloqueado por la amargura interna, reseca y pegada a las paredes del estómago. Es como si ya no fuera más que el portador de esa tristeza alienante. Y la cosa es que no sé como sacarla. Es imposible parirla, deshacerse de ella o echarla de alguna forma. Crece y crece, y a veces se hace mas pequeña, y luego, cuando parece que ha desaparecido, vuelve a surgir de la nada. Es como un tumor que no se puede erradicar con terapia alguna.
¿Qué me pasa? ¿Es temporal, o ya se acabó? Se acabó mi etapa de soñador. Mi etapa creativa y artística. Quizá ahora simplemente me limite a existir; a trabajar, a estudiar y simplemente existir. A lo mejor la vida trata de eso. Puede que llegue un momento en la existencia en el que dejas de soñar, de tener expectativas, de querer cambiar el mundo, y simplemente coexistas con las necesidades básicas de un trozo de carne móvil.
Lo único que me queda es desear que algún día algo me haga despertar del estado de quiescencia y volver disfrutar, a crear y así merecer de nuevo la existencia.
2 comentarios:
Eres demasiado especial para convertirte en un "hombre-masa", no creo que dejes de soñar nunca :)
No esperes que te despierten... Esas cosas se deciden.
Publicar un comentario