sábado, 28 de febrero de 2009

Vuelta a la Tierra


Hace muchos días, o semanas, o meses, en los que realmente no saco nada en claro de lo que pasa a mi alrededor. Es como si todo sucediera ajeno totalmente a mi humilde existencia; todo gira a mi alrededor, y parece que yo he metido un pie en el barro y que me cuesta más de lo habitual sacarlo.
En estos tiempos de “no precisamente bienestar” te quedan más bien pocas cosas en las que apoyarte. Muchas veces miras a tu alrededor y piensas: ¡estoy jodidamente solo! Eso, obviamente, no ayuda mucho para que saques la zapatilla del emplasto en el que te ves metido. ¡Y es tan fácil ver lo negativo de las cosas, y olvidarse de lo bueno que te sucede de vez en cuando! Pero entonces, cuando piensas que todo está terriblemente nublado, alguien te hace bajar a la Tierra y lo ves claro: ¡tienes a tantos amigos trabajando para evitar que acabes hundiéndote en las arenas movedizas!
Esa gente que has convertido en tan habitual en tu día a día que ni reparas en su existencia…en ese momento caes en la cuenta de que sin ese cuadro que tenías tan visto, y que obviaste de forma un poco cruel, probablemente te hubieras ido a la mierda hace mucho tiempo. Porque son esas personas las que hacen que las derrotas se conviertan en anécdotas, y no en tragedias. Son ellos, casi con toda certeza, quienes se encargan de que vuelvas a la realidad y veas la otra cara de la negatividad.

Puede que no sea algo para describir de forma melosa, en una presentación de Power Point, con dibujos de osos amorosos y de corazones y estrellas, y enviar a todos tus contactos del Messenger. Tal vez tus amigos no vayan a descubrir la cura contra el SIDA, o puede que no vayan a ganar el Nobel de la Paz o el Pulitzer. Probablemente su existencia pase incluso desapercibida para mucha gente de su alrededor. Pero desde luego, la labor que cumplen en tu vida día a día los hace merecedores del premio de tu atención, y de tu cariño. Ellos han sido -y con toda seguridad serán- quienes marquen la diferencia en muchas cosas de tu vida, ya sea escuchándote, haciéndote reír o poniendo su hombro para que llores; y desde luego, esto hace que al menos les debas una mención especial en tu humilde y estúpido blog de vez en cuando. Porque hay muchas cosas que cuesta decir, pero que no por ello dejan de ser ciertas.
A todos ellos, gracias.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas gracias a ti porque, aunque a veces tengas un pie metido en el barro, eres tú quien devuelves mis pies a la tierra!=)

Evavaivi dijo...

Sabes que tú eres mi pedacito de realidad. Sin tí soñaría sin parar, lo cual no estaría tan mal sino fuera pq en ningún momento lo llevaría a mi vida real. Eres una de mis piernas, y sin ti no podría caminar recta nunca.

Por eso y porque me haces reir, pq me levantas el ánimo cuando esoy de bajón, pq cuando necesito un abrazo y llorar lo ves al instante... por eso y por mil cosas más... Muchísimas gracias

susana dijo...

Hola lio!!!
Nos hemos conocido hace poquísimo y reconozco en ti una ternura y sensibilidad poco habituales. Saca las patitas del barro y sacúdelas como hacen los gatitos, a ti sé que te gustan, un poco de empuje , un salto y ya estarás posando tu cuerpecillo sobre el mullido pastito de los amigos. Verdad que huele muy bienel verde en la mañana?
un fuerte abrazo
susana