martes, 19 de junio de 2007

Bonus Life


A veces necesitamos escapar de nuestras propias vidas. Son vidas que nosotros nos fabricamos a partir de unas premisas, y sin embargo, llegan a un punto en el que agobian, aprietan, asfixian. En ese punto muchas personas necesitan huir de ellas, sea físicamente o mentalmente; lo llamamos “uns vacaciones”, creo…
Pero, ¿no se supone que son vidas que nosotros fabricamos para nuestra comodidad social, personal y emocional?, ¿por qué necesitamos huir de ellas? Quizá es que hacemos las cosas mal todo el tiempo. Y llegado ese punto pregunto, ¿no es mejor hacer borrón y cuenta nueva? Yo creo que sí, claro, ¿pero quién es lo suficientemente valiente como para dejarlo todo y empezar de cero; dejar atrás los amigos, el entorno… la vida en general? Porque que sea lo mejor no implica que sea lo más fácil, ni mucho menos.
En consecuencia con esto, la gente intenta remiendos desesperados para con sus vidas, convencidos (u obligados a autoconvencerse) de que son la mejor solución para sus problemas. Puede que en determinados casos, las cosas vayan “sobre ruedas” y no les salga mal la jugada, por así decirlo. Pero es de esperar que, a veces, esos remiendos desesperados no sean lo que uno pretende, y que pronto se conviertan en otro de los problemas a solucionar… qué ironía.
La vida está llena de ironías; la humanidad se mueve en la constante ironía. Los hombres dicen que aman la vida, pero permiten que mueran animales para hacerse prendas de vestir; dicen odiar el hambre en el mundo, ¿pero quién se acuerda de los subsaharianos a la hora de comer? Dicen saber lo que está mal y lo que está bien; presumen de ser seres sociales, pero siguen declarando guerras a diestro y siniestro.
Y siendo yo uno de esos seres que se mueven en ironía, y no en sintonía, con el mundo, pregunto, ¿es que todos nos hemos equivocado de camino en la vida, o es que está confeccionada así? Y, si lo está, ¿qué fin perseguimos en ella, llegar al punto en que nuestra vida esté tan repleta de ironías que nos parezca ridícula?
Seamos sinceros, nadie sabe qué fin persigue, ni qué fin persigue el de al lado, y, en general, a lo que nos lleva el progreso. En realidad esperamos que, cuando este progreso llegue a determinado punto, a un punto en el que ya no quepan más parcelas para construir, ni huertos que plantar, ni lagos que disecar, algo en el universo nos otorgue un “bonus life”, como en los videojuegos, y nos dé otra oportunidad. Y, sí, eso también es una ironía: creciendo y creciendo para, quizá algún día, poder volver a empezar.

1 comentario:

Evavaivi dijo...

Quién no ha querido alguna vez en su vida cambiar su forma de vivirla?
Yo he querido pero no en su totalidad, solo algunas parcelas. Las cosas son demasiado complicadas para que, simplemente, empecemos de cero, no es que no seamos valientes, es que es muy difícil. Me explico, para empezar de vida tienes que cambiar el paisaje en el que vives, cambiar de ciudada y, si puedes, incluso de país. Aprender un idioma nuevo, buscar un sitio donde trabajar o estudiar, buscar un sitio donde vivir, el dinero para empezar, conocer gente nueva con la que te compenetres... una lista sin fin!
sin embargo, aunque hicieramos todo eso seguiríamos echando de menos a nuestros antiguos amigos y familiares, echaríamos de menos aún más el sitio donde vivíamos antes... es un círculo vicioso del que no podemos salir :P
de todas formas, quién quiere cambiar por completo su vida? no he conocido a nadie que lo quiera. Solo queremos cambiar lo que no nos gusta, por eso introducimos pequeños parches, para solucionarlo. A veces funciona y a veces no, pero siempre podremos salir adelante. A veces los parches se convierten en algo insustituible en nuestra vida y a veces se convierten en un estorbo que no aguantamos. No podemos tener la vida perfecta y quien diga que la tiene, miente.
A pesar de todo yo soy feliz como estoy, sin sufrir no apreciaríamos la felicidad (cita un poco masoquista pero es lo que hay) y nuestra vida se basaría en la monotonía. Hay quien dice que llorar es una necesidad fisiológica, como el sexo. ¿Por qué no? acaso cuando lloramos no nos sentimos muchísimo mejor?

En fin, las cosas de la vida.

Un besito!